EL GRAN FLACO

Luis Alberto Spinetta le dedicó un tema a una chica de Santo Tomé con la que vivió una relación de pareja hasta el final. Mercedes “la Poli” Fernández lo conoció en 2003 y hacía ocho años que vivían una relación afectiva muy intensa. Quienes conocieron de cerca esa relación aseguran que “el Flaco estaba enamorado en serio”. En estos años era muy común verlo a Luis Alberto caminando por las calles de Santo Tomé, cerca de la plaza, ya que la familia de la novia vive a dos cuadras de allí. El papá de Mercedes no sólo se esmeraba con excelentes asados que le preparaba cada vez que llegaba; también lo llevaba a la quinta de Arroyo Leyes porque Don Mario Fernández es instructor de kayacs. Dice Mario: “a Spinetta no le interesaba mucho la exposición pública, prefería quedarse en casa, hacer vida hogareña. Yo lo llevaba a la costa porque suelo organizar tours en kayacs. Él iba con gusto; aunque era más urbano, le gustaba ir. Eso si, se quejaba mucho de los mosquitos”.
En una entrevista de Rodolfo Braceli publicada en La Nación, Luis Alberto Spinetta dijo: -Mi señora es de Santo Tomé y su familia duerme la siesta meticulosamente. Bueno, cuando yo voy allá me tiro pero siento… ¿remordimiento, quizá?, jaaa… Me pregunto qué me estoy perdiendo”.
Cuentan los vecinos de Santo Tomé que a veces el Flaco solía ir a una heladería céntrica, con su bolsito de hilo; tomaba helados y se ponía a charlar con los jóvenes que ocasionalmente estaban allí y lo reconocían. También se acercaban músicos de la ciudad a hablar con él o a acercarles sus “demos”. Tan cotidiano era el andar de Spinetta en Santo Tomé, que en un spot televisivo que filmaron para un supermercado, entre la gente que estaba comprando, aparecía el Flaco también.
Jorge “Archi” Basílico, un músico que vive en la vecina ciudad, nos contó que siempre sintió admiración por Spinetta: “Fue mi referente, a partir del modo de interpretar rock en castellano que tenía él, dejé de cantar en inglés”. Por eso fue muy mágico el día que lo escuchó cantar al lado de su casa: “Yo sabía que venía seguido a la ciudad pero, por respeto, nunca se me ocurrió hablar con él. Mi patio linda con el de la novia del Flaco, y una tarde empecé a escuchar la voz de Spinetta como venida del cielo, cantando ‘Gricel’, acompañado por su guitarra. Para mí fue un regalo, pude robarle al aire ese hermoso momento. Por supuesto que me quedé como dos horas en el patio para escuchar si cantaba otra, pero fue la única”.
Uno de los lugares frecuentados por Luis Alberto y Mercedes en Santa Fe, era el Bar “La Tasca”, que está en San Martín 2846. Nos dice “Pelusa” uno de sus dueños: ”Venían a la siesta, cuando había poca gente y buscaban sentarse en la mesa que siempre elegían, en la pared de la izquierda, cerca de una mampara que tiene el bar. Al principio no lo conocí. Recuerdo que una vez había extraviado un gorro con el que solía andar, había quedado escondido entre dos mesas. Cuando se lo encontramos dijo: ‘¡Me salvaste la vida!’ Siempre mantenía un perfil bajo y le gustaba venir acá porque no lo asediaban tanto como en Buenos Aires. En el lugar adonde el Flaco se sentaba con su novia, ahora los fines de semana ubicamos el escenario con los músicos que vienen a tocar y tenemos intenciones de intervenir artísticamente ese lugar para que quede como recuerdo del paso de Luis Alberto por nuestro bar”.
Mucho antes de su relación afectiva con Mercedes, Spinetta había demostrado su sencillez y apoyo a los músicos que recién empezaban, Darío, músico de un grupo de rock santafesino que se llamó “Aspergilius”, cuenta que en una oportunidad en que vino a Santa Fe fue al hotel donde paraba; el Flaco los atendió y estuvieron conversando mucho. Sin embargo, Darío se encontraba desalentado porque comparaba los equipos e instrumentos que ellos tenían con los que traía Spinetta y le parecía imposible seguir haciendo música. “Recuerdo que caminó unas cuadras conmigo por calle 25 de Mayo hacia el sur, me puso la mano en el hombro y me dijo: ‘no importa, vos tenés que seguir igual. A mí también me pasó lo mismo cuando fui a verlo tocar a Santana y me impresionaron los instrumentos que tenía’. Así, de ese modo me alentó a continuar en la música”.
Los músicos que trataron personalmente con Spinetta coinciden en que “el Flaco era sencillo, no se la creía, nosotros lo endiosábamos por lo grosso que era musicalmente, pero él era una persona muy generosa, tanto que una vez que un grupo fue a Buenos Aires a grabar en su estudio, no sólo que los dejó grabar el tiempo que quisieran sin cobrarles, sino que hasta se puso a amasar pizzas para todos; así era el Flaco.”
Esa sencillez que destacan en la personalidad de Luis Alberto Spinetta, también está reflejada en la letra de la canción que le dedicó a Mercedes. Allí, entre el paisaje de la costa, con ríos, sauces y juncos aparece el amor de quien asegura: “yo vine y no traje nada y lo mejor me llevé… porque ella es la flor más linda, la de Santo Tomé.”(Diario El Litoral,2012)

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