EL ROL DE CRISTINA

Veo que en las redes hay mucha gente interrogando qué está haciendo Cristina para combatir la pandemia y por qué no aparece.
Más allá de los problemas de salud de su hija que son de público conocimiento, y más allá del hecho de que aunque muchos la odien a tal punto de deshumanizarla, Cristina, como toda persona tiene derecho a ocuparse de sus afectos, me voy a permitir destacar un acto de grandísima generosidad política que está teniendo y que ojala se contagiase al resto de la dirigencia.
Durante toda la campaña electoral presidencial, la oposición no se cansó de repetir que Alberto era un títere de Cristina y que La Cámpora no lo iba a dejar gobernar.
Sin embargo, la expresidenta, cuyo liderazgo dentro del peronismo es indiscutido, volvió a neutralizarlos con hechos.
No sólo se encargó de bajar su perfil y de empoderar al nuevo candidato, sino que también, una vez asumido el cargo, le garantizó y le sigue garantizando gobernabilidad.
Cristina calma las aguas.
Concilia y conduce desde otro lugar.
Ni por encima ni por debajo.
Acompañando y al mismo tiempo manteniendo la distancia necesaria.
Dandole espacio al presidente para que crezca y al mismo tiempo potenciando y construyendo.
Sólo alguien con su tremenda capacidad podría lograr tal equilibrio.
Su rol hoy es otro.
Es ese de garantizar.
De sostener con su fuerza inquebrantable para que ningún elemento de la unidad se salga de la huella.
Nadie puede negar que su protagonismo está intacto, si quisiese aparecer en escena.
Con sólo un discurso podría volver a ponerse en el foco de toda América Latina.
Pero no.
Ella elije dar lugar.
No necesita ni quiere disputar nada.
Cristina entiende que primero esta la patria, después el movimiento y luego las individualidades.
Entiende que el presidente esta dando la batalla más dura en los últimos 50 años de historia, y por eso le sostiene las espaldas.
Sabe que es primordial fortalecer su imagen y sobre todo, su autoridad.
Cristina se corre porque es enorme.
Porque aunque la traten de loca, sigue dando ejemplo de cordura.
Porque aunque le hayan destrozado la vida, la familia, la intimidad y tantísimo más, sigue dando ejemplo de amor.
Cristina se corre porque una líder así no necesita embanderarse.
Ella sabe y nosotros sabemos que es única e irremplazable.
Ojalá todos los líderes del mundo amaran más a su pueblo que a su ego.
Así.
Como nos ama ella, que se sacrificó una y mil veces.
Ojalá toda la dirigencia política tomara su ejemplo a la hora de dejar las mezquindades y los intereses para anteponer el bienestar de la gente.
Jassi Capitanelli

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