GESTIONANDO POR UN SUEÑO

Aunque parezca mentira por mas que vivamos a tan solo 30 kilometros del mar, existen personas mayores y menores que aún no conocían el grandioso mar que tenemos re a mano. Esta situación se ha invertido gracias a varios actores sociales que a través de diversas gestiones lograron dar forma al sueño de varios que querían conocer el mar y se les complicaba por falta de medios.
Durante el caluroso mes de febrero medio centenar de niños y 10 adultos y adultas del Merendero Maná del barrio Loteo Silva de Viedma visitaron el mar, muchos de ellos por primera vez, gracias a un esfuerzo conjunto entre diversos comprometidos sociales y el municipio de Viedma.
 
El Merendero Maná viene realizando un trabajo de inclusión que es un ejemplo de compromiso social y que permitió no solamente que niños, niñas y madres obtengan una adecuada alimentación, sino que además estudien y disfruten diversas atracciones de la ciudad fusionadas con actividades recreativas.
Entre estas acciones, participaron de un partido superclásico de básquet entre Atenas y Depo Viedma, visitaron el Centro Hípico, aprovecharon una jornada en la pileta de APEL y finalmente viajaron al balneario El Cóndor.
 
 
Con Gabriela Quintero, charlamos antes y después del viaje a El Cóndor, y fuimos viendo como se fue redondeando este anciado viaje y comentó que esto se logró con el aporte de “un grupo de militantes, un área del municipio de Viedma y una empresa de transporte de pasajeros”.
 
Para lograr estas acciones “tejemos lazos y creamos puentes con otras personas que nos permiten concretar sueños y oportunidades para los más postergados haciendo que muchos niños imposibilitados por su condición social y económica puedan gozar de privilegios como cualquier otro niño. Esa es la verdadera inclusión”, Afirmo Gabriela.
Es emocionante contarles estas cosas tan enriquecedoras para nuestros valores humanos y solidarios. Felicitaciones para todos estos actores sociales y en cualquier momento realizaremos otro festival de arte a beneficio del Mana.
 
Por: Julio Barcena

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